"A la mesa con Rubén Darió" conjunta dos pasionse del poeta nicaragüense: la buena mesa y la crónica literaria. Muestra a un Darío casi inédito, cronista de su propio gusto, de sus apetencias, de sus descubrimientos y nostalgias. Sergio Ramírez nos "sienta a la mesa" para que conozcamos la pasión dariana por la gastronomía, tema central de numerosos trabajos periodísticos líricos y narrativos sobre cocina latinoamericana, española, francesa, nórdica.
Al principio, a través de numerosas citas, destaca la gran capacidad del modernista para describir y reflexionar, como un elogio de la sensualidad refinada, sobre la comida, el placer y las distintas maneras de vivir la experiencia gastronómica. Se nos insinúa, por supuesto, la relación del disfrute de Darío por comer con el trasfondo de los llamados "paraísos artificiales" y la "belle époque", primera gran época de las adicciones, de donde surge una frase que aclara el sentir del poeta al respecto: "En la mesa se espacia el espíritu, se ensancha la imaginación. Antes de llegar al precipicio Borrachera, está el jardín Alegría".
El toque final de este libro lo ponen las imperdibles recetas tomadas de la obra del autor de Azul, sin duda, descripciones deleitosas que se leen con una sensación de sabores que se deshacen en la boca. En cada línea, somos testigos de la manera en que disfrutaba platos nicaragüenses y españoles tradicionales, como los llamados "huevos al plato", con chorizo de Avila y jamón serrano y de cómo, en los restaurantes de gran postín, se deleitaba con lo exótico y refinado de las guineas o el chapon de pintade farci au boudin blanc et foie de volaille, por ejemplo.
A la mesa con Rubén Darío es, finalmente, la confesión materializada de que "de la mesa brota el laurel del triunfo y la flor de la dicha"
Edgardo Rodríguez Juliá
Críticas
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