El nicaragüense Sergio Ramírez recibió en Montreal, Canadá, el Premio Metrópolis Azul por su novela La Fugitiva, con el que se reconoce la obra de un escritor de lengua española. La ceremonia tendrá luvo el pasado 27 de abril en horas de la tarde en la Librería Las Américas de esa ciudad. El anuncio oficial fue hecho por el Presidente del Consejo de Administración de la Fundación Metropolis Bleu, Cameron Charlevoix.
La entrega del premio se realiza en el marco del Festival Literario Metropolis Bleu, que celebra sus quince años de existencia. En ceremonias distintas, el escritor irlandés Colm Tóibín recibió el Premio Internacional del Festival, y también se entregó el Premio Árabe, con el que ha sido galardonado el escritor Hisham Matar.
El premio que recibe Sergio Ramírez, y que se entrega por primera vez, ha sido instituido gracias al patronato de la señora Ginny Stikeman "con la intención de galardonar obras de ficción de autores de lengua española originarios de diferentes horizontes del mundo hispano".
El jurado que confirió el premio estuvo formado por la propia señora Stikeman así como por el novelista colombiano Juan Gabriel Vázquez, la crítica mexicana Dulce María Zúñiga, Ingrid Bejerman, de la Universidad de McGill, y Hug Hazelton, de la Universidad Concordia, los dos últimos canadienses.
El Festival, que se extiende a lo largo de una semana, tuvo su sede principal en el Hotel 10 de la calle Sherbrooke, y así mismo en la propia Librería Las Américas, La librería Gallimard, la Gran Biblioteca de Montreal, el museo McCord, y el Instituto Goethe.
Sergio Ramírez ha recibido también el premio Dashel Hammet por Castigo Divino; el premio Laure Bataillon por Un baile de máscaras; el premio Alfaguara y el premio José María Arguedas por Margarita, está linda la mar; y el Premio José Donoso por el conjunto de su obra literaria.
De La Fugitiva, publicada por Alfaguara en Madrid, Buenos Aires, México y San José en 2011 , ha dicho el escritor mexicano José Emilio Pacheco, premio Cervantes: "Con La fugitiva, Sergio Ramírez añade a esta junta de sombras, a esta galería de espectros que ahora podemos conocer como jamás descubriremos a una persona de carne y hueso, la presencia fantasmagórica y muy real de Yolanda Oreamuno".
Y el novelista cubano Eliseo Alberto escribió: "La novela, a tres voces de testigos, está escrita de una manera tan sencilla que estremece al lector. Me atrevo a afirmar que Sergio Ramírez ha escrito su libro más transparente, perfecto, donde las palabras hacen las veces de ruedas dentadas para echar a andar, con afán de relojero, una Centroamérica olvidada que merecía también resucitar junto a su idolatrada Yolanda".
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